miércoles, 23 de diciembre de 2009

Jimarson y la... (II)

:- El de allá se nos va eh- señalando a un anciano que reposaba sobre una esquina, notablemente apagado.
:- ¿Te parece?- la vista en la lágrima, o en los restos de ella.
:- Si, o se nos va o se hace el dolido mejor que yo.
:- ¿Eh?
:- Claro, eso de la esquina del café, cara de dolor, el circo che, el circo.
:- Ah.
:- El mismo que hacemos nosotros acá, porque esta charla la podríamos tener en cualquier lado, pero a mi me gusta el rol, interpretarlo.
:- Ah.
:- Dejá eso tarado, que no me gusta cuando estás depre- y Robertino dejaba de mirar la taza y lo enfrentaba sonriente.
:- No estoy depre, solo pienso, ¿no es mi rol?
:- Si, pero también tenés que expresar lo que pensás, sino no somos interesantes para nadie, y yo quedo como el forro que te trae acá para retarte, como si fueses un chico.
:- Qué densos tus roles.
:- Serán densos, pero al menos no usás la palabra discurrir, ¿no? Son roles densos pero más libres- y le pellizca un cachete, con un "tonto" que el otro conoce, y sonríe.
:- No seas puto, que la gente después dice cosas.
:- ¿Por ser puto o porque te guste que lo sea?
:- Ambas me parece.


:- ¿Levantando la mano así te sentís poderoso?
:- No, solo llamo a la mesera.


La segunda lágrima, el tercer cortado. Estaban entretenidos. Robertino poco a poco se abandonaba a ser él frente a ese amigo que lo forzaba, que lo empujaba a olvidar algunas cuestiones y simplemente transcurrir. El café aportaba el resto, en el depositaban las palabras complicadas, las representaciones, los motivos para la risa. Sentados en esa mesita para dos se liberaban de todo. Jimarson había empezado con el rito, pero en un principio concurría solo, los escogía a la pasada, desde su inglesa despintada, rotosa.
:- Tengo ganas de mear, aguantame, no te me vuelvas a deprimir- y se levantó manso.
:- Che, tu bragueta- y la risa.
:- ¿Viste? Me quedé sin cierre en este pantalón, ahora vengo y te cuento.
Usaba las camisas largas, por eso no se le notaba lo del cierre, pero era una constante. O estaba bajo o no estaba. Pensó en la lágrima, en la calidad, en la espumita dulce, en la cualidad de su amigo sin cierre para escoger siempre con acierto estos sucuchos de muerte.
:- Listo, y hasta me lavé las manos.
:- Meas poco vos.
:- No, es el cierre.


:- El problema de los roles es que a vos te duelen, vos entendés, pero te duelen igual.
:- ¿Eh?
:- Claro, no te hagas el tarado, por algo te dije lo de discurrir.
:- ¿Esa palabra es un rol?
:- No gil, usarla.
:- Explicá- y un sorbo divertido, mirándolo, esperándolo, porque Jimarson era un tipo de crear conceptos.
:- Es parte del papel que jugás para Mariana.
:- ¿Un papel?
:- Dios... si, un papel- y un sorbo, para darse tiempo-. Vos no te sentís cómodo así, lo sé porque te conozco, vos no sos un tipo de hablar en dificil, si te puedo definir con una palabra como "buenudo" es porque no sos un tipo complicado. A ella le cabe un "snob", ¿entendés?, y a los snob les gustan las palabras como "discurrir".
:- Creo que voy entendiendo- sorbo, cucharita, espumita dulce.
:- Tu problema arranca cuando tomás conciencia de todo eso, de lo que tenés que hacer para no perderla, porque tenés miedo... no sé si de perderla, sino de estar solo. Pero no sos vos, jugás un papel para que ella no te deje y después de un tiempo notás que efectivamente estás solo, inclusive frente a sus ojos, solo. Perdón que te largue todo esto eh, pero me resulta divertido, además vos lo sabés, muchos lo saben, la gente piola se da cuenta de estas pavadas, por eso le rehuye a los tontos.
:- ¿Nosotros en qué lugar estaríamos para vos?
:- En el medio, recién dándonos cuenta, tenemos 24 años che... pero a mi al menos me gusta jugar con esto que voy entendiendo. Ahora sé que si llueve puedo venir a un café así, con un libro, ponerme contra una ventana, leer, esperar que pase una minita culta o culturosa y...
:- ¿Y qué?
:- Y al menos me gano el derecho a hacerme el interesante.
:- ¿Vos ves todo así?
:- No, todo no, mucha gente escapa a eso... pero la mayoría, la masa es la masa.
:- Si, la masa es la masa- sorbo al unísono, mirada cómplice, fraterna.
:- ¿Entendés por qué me cansé de verte así?
:- ¿Así como?
:- Depre, depre por jugar un papel.
:- Ah.
:- Si vas a jugar un papel, disfrutalo, no lo padezcas, y no te enamores de los personajes, por favor.
:- Qué ganso sos eh, mirá que venir a preocuparte tanto...
:- Ganso no, sos mi amigo, y me jode que aunque entiendas las cosas mejor que yo las sufras igual, tu dicotomía es...
:- ¿Dicotomía?- mirada cómplice y una sonrisa que se esbosa.
:- Perdón, perdón.
:- Ahora sos vos el que usa palabras eh.
:- Me dejé llevar, es el café.
:- Guardalas para cuando te quieras levantar a alguna mina de esas que decís que te levantás así.
:- Sirve, sirve- risas.
:- Los viejos nos miran che, no tenemos que hablar de minas, esto es un templo de la impotencia.
:- Será un templo, pero acá todos piensan en conchas eh.
:- Pensamos.
:- Pensamos, concedo.
:- ¿Y las minas jugarán mucho con nosotros?
:- Y si, para mi que la cadencia de algunas oculta el manejo de hilos secretos.
:- ¿Para tanto?
:- Andá al baño, hay un espejo.