Uncle Rober de niño fué una persona brillante.
:- Señora, su hijo sabe leer desde el año pasado, ¿está al tanto de eso?
:- No, no me parece importante, tiene que trabajar como el padre.
:- Pero tiene 4 años.
Uncle Rober de niño fué una persona.
:- ¿Quién se anima a pasar al pizarrón y dibujar lo que dice esa palabra?
:- Yo señorita.
:- A ver Robertino.
Uncle Rober de niño fué una.
:- Robertino, quiero ser tu novia.
:- Ya tengo novia, solo podés ser mi amante.
Uncle rober de niño fué.
:- Señora, su hijo tiene problemas de aprendizaje.
:- ¿Cómo puede ser si en el jardín por poco me dicen que es un genio?
Uncle Rober de niño.
:- No sé porque mierda ahora no querés hacer los deberes, pero los vas a hacer o te cago a cintazos, pendejo de mierda.
:- Pero mamá, no los hago porque ya sé eso.
Uncle Rober de.
:- La cité hoy porque tengo que comunicarle algo no muy agradable.
:- Dígame señor Director.
:- Robertino acaba de repetir el 5to grado.
Uncle Rober.
:- Te vas de esta casa, no vuelvas a aparecer por acá, pendejo de mierda.
:- No te preocupes gorda hija de puta, ahora le vas a pegar a papá, eh? No te animás, porque te caga a palos, puta.
Uncle.
:- Ahora me quedé solo, a ver qué mierda hago.
martes, 28 de octubre de 2008
Uncle Rober
Uncle Rober
Qué buen tipo el Tío Rober. Una malla cuadrillé, de esas viejas. Unas chinelas aún más viejas y una musculosa blanca con manchas de mostaza. Una mesa sucia. En la mesa una olla con agua que otrora calentó unas salchicas. Cerca de la olla unas migas de pan para panchos. Entre las migas de pan para pancho los lillos* de siempre.
Qué buen tipo. Si miramos para la cocina vemos aceite salpicado, un tenue aroma a fritura. También vemos sobras. Papas fritas, el paquete de salchichas vacío, una lata de paté sin nada, al igual que un envase que en algún momento tuvo un montón de Criollitas.
Qué buen tipo. Si nos fijamos bien, entre todos, lo vemos tirado en el sillón. Ostenta una sonrisa mientras duerme escuchando algún programa amarillista. Ahora todo le importa poco, hace meses que no labura pero vive de lo que produce. Se hace el artesano, pero la verdad es que hace pavaditas para algunos bazares. Las vende barato, pero le alcanza para comprar comida. La casa se la dejó su madre.
Qué buen tipo. Tenemos que mirar entre todas las cosas que vemos tiradas. Ahí distinguimos algunas. Ropa de alguna mujer, ropa de él, revistas de pornografía, menues de rotiserias, cajas de pizza que en algún momento comió. Notamos que la pasa bien, más allá de nuestros prejuicios.
Es tan buen tipo que nos entiende y deja que miremos su casa.
Qué buen tipo el Tío Rober.
Fin.
*Lillo: papel de armar. Así le dicen quienes lo usan para rolar porro.
Qué buen tipo el Tío Rober. Una malla cuadrillé, de esas viejas. Unas chinelas aún más viejas y una musculosa blanca con manchas de mostaza. Una mesa sucia. En la mesa una olla con agua que otrora calentó unas salchicas. Cerca de la olla unas migas de pan para panchos. Entre las migas de pan para pancho los lillos* de siempre.
Qué buen tipo. Si miramos para la cocina vemos aceite salpicado, un tenue aroma a fritura. También vemos sobras. Papas fritas, el paquete de salchichas vacío, una lata de paté sin nada, al igual que un envase que en algún momento tuvo un montón de Criollitas.
Qué buen tipo. Si nos fijamos bien, entre todos, lo vemos tirado en el sillón. Ostenta una sonrisa mientras duerme escuchando algún programa amarillista. Ahora todo le importa poco, hace meses que no labura pero vive de lo que produce. Se hace el artesano, pero la verdad es que hace pavaditas para algunos bazares. Las vende barato, pero le alcanza para comprar comida. La casa se la dejó su madre.
Qué buen tipo. Tenemos que mirar entre todas las cosas que vemos tiradas. Ahí distinguimos algunas. Ropa de alguna mujer, ropa de él, revistas de pornografía, menues de rotiserias, cajas de pizza que en algún momento comió. Notamos que la pasa bien, más allá de nuestros prejuicios.
Es tan buen tipo que nos entiende y deja que miremos su casa.
Qué buen tipo el Tío Rober.
Fin.
*Lillo: papel de armar. Así le dicen quienes lo usan para rolar porro.
Me desvirgaron
Hola, estoy inaugurando lo que será el primer lugar dedicado a mis cosas, a Rober. Tardé un poco en organizar mi cabeza y es recién ahora, cuando estoy solo y sin trabajo, cuando decidí hacerlo. Estoy en Capital, tendría que trabajar pero la vida me dió vacaciones. Voy a subir, para los que quieran, mis cosas a este blog. Podrán leer al Tío Rober principalmente, él viene a engolosinarnos con su pedofilia, zoofilia, abuefilia, mondiofilia, demásfilias. Quizá pueda llegar a encontrar metidas otras cuestiones entre los pedos y eructos de mi amigo personal, pero eso es una simple conseción* que él me hace.
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