:- Solo me asustaste, pero no te odio.
:- No me odiás pero...
:- ¿Pero qué?
:- ...
:- No empecemos, ¿ok?
:- ¿Por qué decís que iba a empezar?
:- Porque siempre empezás, por eso.
:- ¿Y vos qué estás haciendo ahora?
:- ¿Haciendo yo?
:- Claro, siempre hacés esto, intentás remarcar que ya no nos podemos dar un beso, pero cuando volvés acá nos vemos, o no nos vemos pero sé que estás y vos obviamente sabés que estoy, porque a esta ciudad siempre vamos a volver y...
:- ¿Y qué?
:- Y hacés cosas sabiendo que yo sé que estás acá.
:- No digas boludeces, ¿querés?
:- No te hagas la boluda vos tampoco.
:- ...dame un cigarrillo.
:- No tengo.
:- Agarrá de los míos, están en mi mochila.
:- ¿Son los de siempre?
:- Si, de esos que te gusta fumar cuando te metés porquería por la nariz.
:- Ya no lo hago más.
:- En ese entonces tampoco lo hacías.
:- ...tomá, ¿tenés fuego?
:- Si.
:- ¿Y en qué andás acá?
:- Nada, lo que te conté.
:- ¿Y la chica esa?
:- ¿Cuál?
:- La que te histeriqueaba.
:- Ah, sigue.
:- ¿A vos te gusta que te boludeen?
:- Y... no, me cansa, pero soy boludo, es eso, si vos te cojiste a alguien frente a mí y me seguiste gustando, pese a que me hiciste mierda.
:- Sos un hijo de puta.
:- No, soy medio pelotudo nomás, si a vos te molesta que te diga las cosas así, jodete, pero entendé que lo único que tengo para defenderme son mis palabras, porque más allá de eso no hago nada... y siempre la mierda se hace un camino, y a mi me sale por la boca. A vos por el cuerpo, por todos tus poros, a otras por la histeria, por las cachetadas y las contestaciones... pero bueh, a mi a veces por la boca, porque aguanto y me pudro. Y si, me hiciste mierda, ¿te molesta pensar en que te garchaste a un par de tipos frente a mi? Jodete loca, porque vos lo hiciste, yo no, y no vengas a poner esa cara... me hacés sentir lejos...
:- ¿Lejos de qué?
:- De vos.