sábado, 19 de diciembre de 2009

Mucho tiempo después de los Tres Baldes de Pintura*

:- Che, teléfono.
:- ¿Eh?
:- Teléfono, tomá.
:- ¿Quién es?
:- ¿Cómo que quién es?
:- Ah...
:- ¿Ah?
:- Es una mujer, después me vas a tener que explicar.
:- ¿Quién es esa que te pide explicaciones?
:- No pasa nada tonta, es Mariana.
:- ¿No pasa nada es Mariana?
:- Si, no pasa nada, ¿qué querés escuchar?
:- Bueno, te dejo hablar tranquilo, me voy a preparar mate.
:- ¿Con quién estás?
:- Con María.
:- ¿Y esa quién es?
:- Si vas a empezar ahorrame el disgusto y cortá el teléfono.
:-...
:- ¿Para qué llamás?
:- Porque creí que...
:- ¿Creíste que?
:- Hace 5 minutos que bajé del tren y estoy mirando el mar. Antes de ayer estaba en españa, haciendo la post de sonido para una película y terminé y decidí buscarte, y creí que me esperabas.
:- ¿Esperarte?
:- Si... eso, pero...
:- Pero no, porque no che, porque ya no... está todo bien con vos, pero nunca aprendiste a respetarme. Te tengo que cortar, porque María está preparando el desayuno y se va a enojar sino voy y le explico que no pasa nada, que vos decidiste llamar pensando que otra vez iba a estar ahí para que olvides a no se quien, para que se te pase no se qué. Chau Mariana, no llames, no me hace bien esto.
:- Pero...
:- Es tarde...
:- ¿Y qué hago yo?
:- Mirá el mar como lo miré yo todas las veces que esperé que aparezcas.